Judo Club Erandio cumple 35 años. Desde 1987, la localidad palpita con el dojo y entre kimonos, cinturones blancos, o verdes, o azules, y entre llaves, combates y medallas... Iñaki Fuertes colocó aquel pionero tatami y Raúl Juárez, alumno entonces, asumió las riendas de la entidad en 2005. Ahí sigue: como presidente y como entrenador.

Pero este resumen se queda corto, porque 35 años albergan mucha pasión, energía, esfuerzo, disfrute y sentimientos magníficos, tanto para las decenas y decenas de aprendices como para Raúl. "Sabes perfectamente que eres uno de sus referentes y eso es una gran responsabilidad, pero a la vez, ello provoca una gran sensación de orgullo, puesto que te das cuenta de que junto a sus padres y a sus profesores, aportas tu granito de arena para completar su educación y encauzar sus vidas de una forma correcta", suspira el sensei. Este espíritu refleja la andadura de Judo Club Erandio.

Fueron muchísimas las personas que se apuntaron a aquel pequeño primer templo judoca erandioztarra. "¡Había muchísimos críos!", exclama el entonces alumno. "Era una época en la que había muchos niños, la gente tenía más hijos, y no había otra cosa para hacer artes marciales, que ahora salen como setas; entonces no había nada en Erandio, así que fue el club fue pionero en el municipio. Y estaba plagado de gente. Yo entré con 7 años y en la clase de pequeñitos estábamos hasta arriba. Y luego, cuando pasé a la clase de los 9-14 años, también había mucha gente, y en la de adultos, igual. Cuando cogí el club, que revisé la documentación, me sorprendí de todos los que éramos", repasa Raúl. Eran tiempos, aquellos finales de los ochenta, con mayor natalidad y una oferta que proponía, sobre todo, fútbol o baloncesto. "Había poca opción de hacer deporte. Así que tenías que tirar de lo privado y, en mi caso, por aquel entonces no me gustaba el fútbol, ahora sí. Vivía en el portal contiguo a donde abrieron el club de judo y me metieron allí. Por eso, el judo tenía ese aire un poco elitista, porque te lo tenías que pagar tú, no es como ahora que cualquier polideportivo o cualquier colegio oferta extraescolar de judo€ Por lo menos en Erandio era así", sostiene el actual presidente. Sin embargo, años después, este arte marcial entró en las aulas. De hecho, el club erandioztarra tiene su cantera en el Colegio Público Romo desde 1996. "Es una actividad extraescolar y es un colegio en el que el deporte rey es el judo. Allí empecé a dar clases, porque Iñaki Fuertes nos mandaba allí a alguno de nosotros, y sigo dándolas a unos 55 alumnos. Hemos llegado a contar con noventa niños haciendo judo, pero las extraescolares han bajado todas. Aun así, seguimos siendo la actividad deportiva mayoritaria del colegio", explica Raúl.

Cuando los peques crecen, recalan en el club erandioztarra, si así lo desean, y continúan desarrollando sus cualidades judocas. Ahora, hay alrededor de sesenta personas haciéndolo. "Mi filosofía es hacer piña. Aunque se trata de un deporte individual, intento que sea de equipo: si uno tiene competición, la tenemos todos, entrenamos todos para él. Eso es lo que intento transmitir. No renunciamos a los resultados, porque el que diga que lo hace miente, pero nos gusta llevar a muchos participantes. A los campeonatos alevines y benjamines, dentro de la Federación Vizcaina, llegamos casi al 70-80% de participación entre Romo y Erandio. El campeonato de Euskadi infantil, de la delegación vizcaina, llevamos a 16 de unos veinte en total€ Participamos en plan masa. Y, luego, a mí me gusta el esfuerzo. Soy: esfuerzo, esfuerzo, esfuerzo y más esfuerzo", reconoce el entrenador. Sobre esos pilares se levanta, hoy por hoy, Judo Club Erandio, en plena forma a sus 35 años.